30 de enero
2020. Reflexiones en el Día de la Paz.
Hace años
leí unos versos de Gloria Fuertes sobre la paz. Quise tenerlos conmigo para
siempre y los escribí en una página de un libro que dejó huella en mí: “Ética
para Amador” de Fernando Savater, un libro escrito por un padre para su hijo
con la intención de dejarle la mejor herencia que se puede dar: la confianza en
sí mismo y unos valores para la vida.
Gloria
Fuertes decía en sus versos… “Tener paz es querer y comprender al amigo, al
familiar, al vecino. Tener paz interior es quererte, cuidarte, estar a gusto
contigo”. Si no somos capaces de querer a los demás porque no estamos obligados
a ello, al menos seamos capaces de comprenderlos. Y cuidémonos, porque nadie va
a hacerlo por nosotros.
Vivimos
malos tiempos para la Educación, no es una prioridad para la política y
nuestros niños y niñas no pueden esperar. El tiempo pasa rápido y necesitan
crecer con la complicidad que sus padres y sus maestros deben tener para
ayudarles a ser buenas personas, capaces de convivir responsablemente en un
mundo lleno de paz.
Porque el
mundo en el que convivimos debe ser un mundo de paz a pesar de que los
problemas, las diferencias y los desencuentros suelan estar presentes en
nuestra vida; hay que aceptar que siempre van a estar ahí para ponernos a
prueba, para que demostremos quienes somos y lo que somos capaces de hacer. Lo
que no podemos permitir es que los problemas nos paralicen y nos dejen
estancados en la falta de comunicación, la indiferencia o el enfado porque todo
lo que nos pasa, y más lo malo que lo bueno, tiene que servirnos para aprender.
Todos somos
diferentes y únicos, todos tenemos nuestras virtudes y nuestros defectos;
tenemos que aceptarnos tal y como somos y tenemos que aceptar a los demás tal y
como son. Porque eso es RESPETARNOS, porque sin respeto propio y sin respeto a
los demás no hay convivencia sana. Y en la sana convivencia está el secreto de
la vida en paz.
La mayoría
de nuestros niños son pequeños para comprender todo lo dicho anteriormente, lo
cual no nos exime de nuestra responsabilidad para con ellos. Ya decía María
Montessori… “Sembrad en los niños ideas buenas, aunque no las entiendan; los
años se encargarán de descifrarlas en su entendimiento y de hacerlas florecer
en su corazón”.
Es por todo
ello que, durante esta semana, hemos realizado actividades de concienciación en
torno a los ODS 16 (PAZ, JUSTICIA E INSTITUCIONES SÓLIDAS) Y 17 (ALIANZAS PARA
LOGRAR LOS OBJETIVOS) con motivo de la celebración el día 30 de enero del DÍA ESCOLAR
DE LA NO VIOLENCIA Y LA PAZ.
Teniendo de
fondo una bonita banda sonora, se han emprendido actividades variadas adaptadas
a los diferentes niveles (carteles, murales, dibujos,...). Sin embargo, siempre
es el acto colectivo en el patio el que más ilusión despierta en el alumnado.
Nuestros niños han sido los portavoces de mensajes de paz, esos que deberían
retumbar en los corazones de tantas personas egoístas incapaces de ser solidarios
con el prójimo, incapaces de comprender que los demás tienen el mismo derecho
que uno mismo de gozar de las cosas buenas que la vida nos da, incapaces de
proporcionarles el propio bien... A una sola voz, la canción de José Luis
Perales “Que canten los niños” fue entonada como himno con el deseo de que, en
un futuro no muy lejano, los objetivos de la Agenda 2030 sean, por fin, una
realidad a disfrutar
en el mundo entero.
Que así sea.
Magnífica reflexión y ejemplares actividades. Enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias.
ResponderEliminarInteresante reflexión! Gracias por enseñar a nuestros hijos/as a ser buenas personas!
ResponderEliminarComo bien dice el filósofo y educador español, José Antonio Marina «para educar a un niño hace falta la tribu entera». Todos somos responsables de la educación de los niños de nuestro entorno, y cada cual desde su posición en la sociedad, debemos colaborar para enseñarles a vivir desde la paz y en paz, porque el mundo en el que convivimos debe ser un mundo de paz. Tengamos siempre presente que juntos podemos hacer grandes cosas.
ResponderEliminar