jueves, 24 de septiembre de 2020

2 de septiembre de 2020. RENOVANDO NUESTRO COMPROMISO.

Hace varios días que me ronda la idea de escribir algo en el blog. La ocasión lo merece, pues fue hace justo un año cuando, en estos primeros días de curso, comenzamos a poner en marcha este proyecto que preparamos con tanta ilusión.

Sin embargo, no es la ilusión lo que hoy me hace cosquillas en el estómago; lo que noto es miedo, un miedo que siento compartido por todos ante la idea de tener que volver al colegio en medio de esta pandemia que se ha adueñado de nuestro mundo. Siento nostalgia de los primeros días de septiembre de 2019. Las lágrimas no me dejan ver bien lo que escribo, como tampoco mi mente me deja pensar con claridad al estar saturada del aturdimiento que le genera la tediosa preocupación por todo lo que está ocurriendo.


Hace un año mi horizonte estaba claro: 17 ODS rodeaban de forma colorida el logo de mi querido colegio junto al compromiso de nuestra Comunidad Educativa por hacerlos realidad. Hoy me dirigía al colegio divisando un oscuro panorama, pero conforme avanzó la jornada fueron apareciendo los colores… Entré en el comedor del colegio y me encontré con una preciosa Sala de Profesores AntiCovid llena de flores y regalos para cada uno de nosotros, todo preparado con cariño y entusiasmo por nuestro Equipo Directivo para hacernos lo más agradable posible nuestro temeroso comienzo de curso. Un rayo de esperanza me iluminó cuando saqué nuestra agenda escolar para este curso: comprobé con satisfacción que el proyecto ODS seguía presente ente nosotros. Ni la normativa de comienzos de curso ni el Plan Covid habían conseguido ensombrecer el empeño de este colegio por mantener viva la llama que se encendió hace ahora justo un año.


En ese momento caí en la cuenta de que, con anterioridad, había visto otros colores y no había prestado a ellos la suficiente atención… Los tableros de la entrada del colegio estaban llenos de mensajes de optimismo y positividad para generar en todos los que los vieran esas actitudes necesarias para hacer frente con valentía a todo lo que se nos viene por delante. Encima del “Tablero de los ODS” se mantenían, como si no quisieran abandonarlo, las dos imágenes más importantes que figuraban en él el curso pasado: todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la foto de nuestros alumnos/as sosteniéndolos, como si no quisieran escapar de sus manos para que, en un futuro, pudieran hacerse realidad.


También pasé por alto que el compromiso con los ODS acompañaban al Calendario Escolar, haciendo un intento por colarse entre nuestro día a día con los niños y recordándonos que tenemos que hacer todo lo posible, de todas las formas posibles, en todos los lugares que sea posible y mientras aún sea posible conseguir vivir en un mundo mejor. Menos mal que tenemos la suerte de tener siempre cerca personas que nos ayudan a volver a mirar para darnos cuenta de que “siempre hay flores para quien desea verlas”. Es cuestión de saber mirar, y de mirar con el corazón, porque en tiempos difíciles como los que se avecinan, todo lo que miremos con el corazón será auténtico. Miraré a ver si en ese horizonte que se plantea oscurecido aparece el arco iris de “todo saldrá bien”, ese que se ha convertido en un himno a la esperanza de retomar esa normalidad que ahora echo tanto de menos… Ni idea de si saldrá bien, pero habrá que intentarlo. Ánimo y suerte a todos.




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