20 de diciembre de 2019. UN BRINDIS POR LA VIDA. ODS
Y NAVIDAD.
El cielo amaneció llorando de emoción presintiendo
la sorpresa que el día guardaba. El corazón de este lluvioso 20 de diciembre
sentía desde el comienzo qué iba a pasar… En un pequeño rincón de nuestro
colegio un coro de voces blancas compartía un bonito villancico al que un
humilde, pero gran maestro, había incorporado un regalo inesperado. Aunque yo
conocía la letra de la canción que escuchaba, la delicadeza con la que los
niños cantaban conseguía que pudiese disfrutar del momento. La dulce melodía
que comenzó al finalizar la primera estrofa dio paso a un imaginario brindis
por la Vida acompañado de unos versos que impactaron de lleno en mi corazón…
¡Que se
acabe la pobreza!
¡Hambre cero!
¡Salud y
bienestar para todos!
¡Educación
de calidad para los niños!
La magia se apoderó de mí y las lágrimas nublaron
mis ojos, y vuelve a ocurrirme cada vez que lo recuerdo, incluso en este
instante que ya es de noche y me dispongo a escribir sobre ello… En aquel
momento no conseguía ver con nitidez la cara de los niños y niñas de 2º B, por
lo que no me quedó más remedio que afinar el oído para escuchar mejor. Sin
esperarlo, sentí que me envolvía una espiral de emociones encontradas. Al final
de la segunda estrofa otros niños volvieron a brindar recitando nuevos versos…
¡Que las
mujeres sean iguales que los hombres!
¡Que la paz
reine en el mundo!
¡Trabajo
digno para aquellos que lo buscan!
¡Reducción
de las desigualdades entre las personas!
No daba crédito a lo que estaba viviendo: jamás pude
imaginar que la originalidad consiguiera unir un villancico de Navidad con las
intenciones de los ODS. Mi corazón palpitaba felicidad al comprobar que otra
ramita brotaba de la semilla que sembramos en verano; es cierto que el Universo
te devuelve lo que das. Volvía a sentir que todo había merecido la pena, y será
siempre así cuando la intención es buena y el objetivo principal educar en
valores a nuestros niños y niñas, porque eso es lo que queda.
Jamás las palabras servirán para explicar esta experiencia, pero tengo el gusto de que haya quedado para siempre en mi corazón… Un corazón que cierra el día con una gran emoción, y con el deseo de que todos pasemos una Feliz Navidad y que el próximo 2020 llene nuestro planeta de Bienestar y Paz.
FELICES FIESTAS A TODOS.
Qué satisfacción ver cómo todos aportamos nuestro granito de arena para hacer posible un mundo mejor. Nadie me diría este verano que, en pocos meses, habríamos conseguido tanto... Os doy las gracias a todo de corazón.
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